RESPIRACIÓN Y MASAJE
En el momento en que efectuamos el masaje a una persona la ayudamos a relajarse, a recobrar el estado de calma en la cual la respiración lenta y profunda parece ser el único movimiento que pone al cuerpo en contacto con el mundo externo.
• Es oportuno que la persona que recibe el masaje espire a través de la boca, porque este tipo de respiración facilita notablemente la contracción abdominal.
• Una respiración profunda y correcta es fundamental también para quien se prepara a dar masaje. Por eso, antes de iniciarlo es bueno favorecerla alcanzando un estado de relajación mental y física; después de esto el masajista debe hacer concordar el propio ritmo respiratorio con el de la persona que va a ser masajeada: será suficiente poner la mano sobre el abdomen del paciente para percibir su tipo de respiración, observando la mano que se levanta en el curso de la inspiración y baja durante la espiración. Para respirar correctamente al unísono, también el masajista ha de inspirar por la nariz y espirar por la boca.
- La postura correcta Es de vital importancia que tu cuerpo esté cómodo para realizar el masaje. La espalda tiene que estar siempre derecha, vertical para estar alineada y paralela al eje de la Tierra. Una columna doblada genera una respiración deficiente y se bloqueará a la postura de tus piernas para que éstas no se fatiguen, sobre todo si trabajas en el suelo o cambia de lado si has elegido una camilla.
- La conciencia a través del tacto Sentir con los dedos los diferentes bloqueos, contracturas o cristales de ácido úrico que la persona posea será como tu antena transmisora para determinar dónde poner énfasis en tu trabajo. A través de tus manos percibirás más de lo que el intelecto transmitirte, de forma que, poco a poco, con la práctica, desarrollarás tu propia sabiduría intuitiva.
- La fuerza y la sensibilidad De acuerdo a cada cuerpo sabrás aplicar la fuerza correcta. En presiones específicas en espaldas débiles aplicarás unos 5 kg de peso en tus manos, pero en espaldas fuertes, sobre todo en hombros, tu presión alcanzará unos 5.6 o 7 kilogramos. Cuando existen contracturas, sobre todo en los trapecios y zona alta de la espalda, deberás ejercer más fuerza y presión para que la energía bloqueada (yang) se vea vencida por tu fuerza y presión (yang) y así la contracción se transformará en relajación (yin). Trabaja también prestando atención a tu sensibilidad comunicándote desde la piel al alma.
- La atención a las reacciones del usuario También es importante que percibas con sensibilidad el estado interior de tu usuario. Cómo va cambiando, entregándose, aflojando corazas y miedos, etc.
Hay personas que, durante el masaje, se liberan de la tensión emocional, los conflictos, las represiones y toda clase de emociones que no pueden expresar en la vigilia. En un estado sereno, se tornan vulnerables, dándose permiso para llorar, reír, despreocuparse y conectarse consigo mismo. Permite que las emociones se expresen, pero no que hablen: el masaje se orienta hacia la expresión existencial, consciente, del lenguaje del corazón y no por el intelecto y la mente. Orienta al usuario a liberarse a través de una respiración sostenida, profunda y de limpieza (inhalando por la nariz y exhalando profundamente por la boca, hasta vaciar los pulmones). Recuerda que es un momento sagrado de silencio y bienestar integral del ser.