La celulitis es una enfermedad metabólica que afecta en mayor proporción a la mujer. Está caracterizada por cambios funcionales y fisiológicos del tejido conjuntivo (tejido fibroso) junto con trastornos circulatorios e hipertrofismo de las células adiposas. Este problema incluye siempre un componente lipídico, vascular y otro conectivo, siendo éstos los tres elementos que forman al tejido celulítico.
Etapas de desarrollo de la celulitis La celulitis se va formando en diferentes etapas o fases y así se llega entonces a la desestructuración del tejido subcutáneo.
- Primera etapa: La microcirculación venosa y linfática se enlentece, lo cual provoca vasodilatación.
- Segunda etapa: Esa vasodilatación hace permeables a los vasos venosos y linfáticos y así sale líquido al medio exterior (espacio intersticial).
- Tercera etapa: Ese líquido se vuelve denso y espeso, lo cual dificulta el intercambio de nutrientes entre las células grasas y los vasos. Las células adiposas crecen en tamaño porque no pueden eliminar sus residuos o productos de desechos a la circulación. Esa hipertrofia adiposa puede inducir incluso al estallido del adipocito, volcando así su contenido graso al exterior.
- Cuarta etapa: Se genera una fibrosis. Una red que encierra a las células grasas, a los vasos venosos y linfáticos. Esta red dificulta aún más el intercambio nutritivo entre células. Por otro lado, esta red fibrosa también comprime las terminaciones nerviosas y las células grasas produciendo dolor.
- Quinta etapa: La evolución de la fibrosis genera macro nódulos, dando lugar a la apariencia externa de la celulitis o “piel de naranja Las causas que pueden desencadenar la celulitis son:
- El factor genético o hereditario: Antecedentes familiares de padecer obesidad y celulitis, favorecen su aparición, entonces siempre será conveniente vigilar la dieta de las personas con mayor predisposición genética.
- La falta de ejercicio o sedentarismo: La falta de actividad física empeora la situación. La práctica de ejercicio activa la circulación sanguínea y el metabolismo de las células grasas.
- Una alimentación inadecuada: Una dieta excesiva en calorías da lugar a un aumento de peso, de las células grasas, entonces así se empeora aún más el proceso celulítico.
- También se debe tener en cuenta la relación existente entre el sodio (sal) y la celulitis. El exceso de sodio en la dieta produce edema o retención de líquidos, lo cual agrava aún más el cuadro. Una alimentación baja en sodio junto con la ingesta de un litro y medio como mínimo de agua, facilita la eliminación de toxinas y reduce el edema
- El estrés: Las tensiones acumuladas dificultan la circulación, así los productos de intercambio y de desecho no pueden eliminarse.
- El consumo de alcohol y tabaco: Mayor cantidad de toxinas incorporadas al organismo. El alcohol impide una correcta depuración del material de desecho y el cigarrillo dificulta una correcta circulación sanguínea.
- Utilizar vestimenta inapropiada: Ya sea ropa ajustada o tacones altos, estos empeoran la circulación y el retorno venosos generando más edema.
- Permanecer mucho tiempo de pie: Esto también dificulta la circulación y provoca la aparición de varices.
- Factores hormonales: la aparición de celulitis está relacionada con altos niveles de estrógenos, lo que da lugar a edema o retención de líquidos. La pubertad, embarazo, menopausia, síndrome premenstrual, uso de píldoras anticonceptivas son todas situaciones donde las hormonas sufren algún desorden. Estas circunstancias desencadenan o empeoran la celulitis.