Cada uno de nosotros hereda una mezcla única, la cual crea nuestras características específicas mentales y físicas. Por lo que podríamos definir un Dosha como el resultado de un compuesto entre la naturaleza química, la estructura física y la conducta de cada persona, lo que podríamos definir como Personalidad. También a los Doshas se les refiere como humores y a su sistema completo como Tridosha o Sistema de los tres Doshas. Cada uno actúa específicamente en ciertas áreas corporales y maneja determinadas sustancias biológicas. Cada persona tiene los tres Doshas pero generalmente hay uno o dos que predominan. Un funcionamiento coordinado y equilibrado de los tres Doshas sustenta la vida y ayuda a mantener la salud, su desequilibrio provoca la decadencia en el cuerpo y los trastornos de la personalidad.
La combinación exacta personal de los tres Doshas es el Prakriti (naturaleza o primera creación), es decir, el Dosha con el que nacemos es la “Constitución”, una vez identificada nos permite establecer el perfil total. Es en el momento de la fecundación en que se determina la constitución esencial del individuo, según las proporciones de Vatta, Pitta y Kapha que están presentes en el cuerpo de los padres en el momento de la fecundación, el Prakriti esencial del individuo, o sea su constitución psico-corporal. Sin embargo la combinación de las tres energías sutiles o la Tridosha, varían según el medio ambiente (que también está compuesto de Tridosha), la morfología regional donde vivimos, la alimentación y nuestras actividades diarias.
Además de la constitución inherente o Prakriti, tenemos lo que podemos denominar la situación del momento, en caso de que nuestro Dosha sufra cambio a otro Dosha, que representa la condición actual o Vikruti. Cuando una persona se encuentra bastante equilibrada y no presenta trastornos, se entiende que existe un equilibrio entre su Prakriti (condición normal) y su Vikruti (situación temporal). Pero nuestro ritmo de vida, la alimentación desordenada, la edad, las emociones no asumidas o vividas y el entorno pueden producir constantemente desequilibrios menores que se reflejan en Vikruti y que también pueden clasificarse según los Doshas. Un ejemplo de esta situación puede ser el hecho de que, de pronto, experimentemos una alteración en las cualidades de nuestra piel y cabellos, o en la forma de conciliar el sueño y de soñar. Esto significa que nuestra constitución normal ha cambiado a una nueva situación y es el Vikruti avisando que algo está desequilibrado. Al percatarnos de este cambio, es necesario tratarlo hasta la desaparición de los síntomas para así equilibrar nuestra constitución.
El desequilibrio en los Doshas es el primer signo de que el alma, la mente y el cuerpo no están en perfecta armonía. La teoría Ayurvédica enuncia que todas las enfermedades comienzan con un desequilibrio o estrés en la conciencia individual.