Las técnicas están agrupadas en rutinas para facilitar el aprendizaje y la práctica. Las técnicas están
organizadas en una manera lógica que sigue bien una técnica con la siguiente. Las rutinas son como
contenedores que almacenan a las manipulaciones, pero el orden de las rutinas no debe de ser tomado
como un “evangelio”. Si usted encuentra que otras técnicas o diferentes rutinas que trabajan para usted,
está bien.
Algunos terapeutas prefieren no usar rutinas y trabajar totalmente bajo su intuición. La conclusión a esto,
es que posiblemente se le olvide trabajar algunos grupos musculares en el cuerpo. Es muy embarazoso
que al final de una terapia de masaje le recuerde su cliente “Creo que le faltó hacer una pierna”. Una rutina
asegura que todas las áreas del cuerpo son cubiertas en un masaje.
El usar una rutina es que el masaje puede llegar a ser demasiado ordenado y predecible y puede llegar a tener falta de sentido a las necesidades de nuestros clientes en un momento. Cuando se ha llegado a la maestría en una rutina, se consigue saber de antemano que paso es el que sigue. En esta libertad, puedes desviarte de la rutina para trabajar más prolongado en otras áreas que se encuentran más rígidas y usar manipulaciones diferentes o extras cuando sea necesario.
Esta visión, lo libera para que pueda usar su intuición de una manera efectiva. Para que su masaje no se
vuelva predecible, es posible el tener y usar varias rutinas o desviarse frecuentemente de esas rutinas mientras su intuición lo sugiere.